BLOG

¿Es posible estar con un narcisista? 

El control coercitivo es un patrón de conducta abusiva que busca dominar y controlar a una pareja o familiar. Aquí hay algunas señales de que alguien puede estar experimentando control coercitivo: 

Aislamiento: El abusador puede intentar aislar a la víctima  de familiares y amigos y controlar su acceso al transporte, al dinero y a las comunicaciones. 

Monitoreo: el abusador puede revisar constantemente el teléfono, el correo electrónico o las cuentas de redes sociales de la víctima, o monitorear sus movimientos y actividades. 

Intimidación: El abusador puede utilizar amenazas, intimidación o violencia física para controlar el comportamiento o las decisiones de la víctima. 

Manipulación: el abusador puede utilizar manipulación emocional, culpa u otras tácticas para hacer que la víctima se sienta responsable del comportamiento del abusador o de los problemas de relación. 

Abuso verbal: el abusador puede utilizar lenguaje despectivo, insultos u otras formas de abuso verbal para socavar la confianza y la autoestima de la víctima. 

Control financiero: el abusador puede controlar el acceso de la víctima al dinero, restringir sus gastos o utilizar amenazas financieras para mantener el control. 

Gaslighting: el abusador puede utilizar gaslighting, una forma de manipulación psicológica, para hacer que la víctima dude de sus propias percepciones o recuerdos de los acontecimientos, lo que genera confusión y dudas. 

Es importante reconocer que el control coercitivo es una forma grave de abuso que puede tener efectos duraderos en la salud mental y emocional de la víctima. Si usted o alguien que conoce está experimentando control coercitivo, es importante buscar ayuda de un profesional, como un psícologo o consejero, y tomar medidas para proteger su seguridad y bienestar. 

Apoyando a tu pareja con depresión

A continuación, se indican cinco formas de ayudar a una pareja con depresión: Fomente la ayuda profesional: sugiera que su pareja hable con un profesional de la salud mental, como un psícologo o un psiquiatra, que pueda proporcionar un diagnóstico y desarrollar un plan de tratamiento. Ofrezca ayuda para investigar…

Aquí hay cinco maneras de ayudar a una pareja con depresión:

Promueva la ayuda profesional: sugiera que su pareja hable con un profesional de la salud mental, como un psícologo o un psiquiatra, que pueda proporcionar un diagnóstico y desarrollar un plan de tratamiento. Ofrezca ayuda para buscar profesionales y concertar citas.

Sea un buen oyente: escuche a su pareja sin juzgar e intente comprender sus sentimientos. A veces, el simple hecho de tener a alguien que lo escuche puede brindarle mucho consuelo.

Brinde apoyo práctico: ofrezca ayuda con tareas que puedan resultar abrumadoras para su pareja, como hacer las compras, limpiar o cocinar. Esto puede ayudar a reducir el estrés y facilitar que su pareja se concentre en su salud mental.

Practique el autocuidado: cuídese para evitar el agotamiento y siga siendo una fuente de apoyo para su pareja. Reserve tiempo para actividades que disfrute, como ejercicio o pasatiempos, y busque el apoyo de amigos o un terapeuta si lo necesita.

Evite culpar o avergonzar: la depresión es una afección de salud mental compleja que no se puede solucionar con fuerza de voluntad o pensamiento positivo. Evite hacer sentir culpable a su pareja o culparla por sus síntomas. En lugar de eso, ofrézcale apoyo y aliento.

Recuerde que la depresión puede ser una condición difícil, tanto para la persona que la padece como para sus seres queridos. Con paciencia, apoyo y ayuda profesional, es posible controlar los síntomas y avanzar hacia la recuperación.

TDAH ¿Podría tener esto?

El TDAH es un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno del desarrollo neurológico que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien suele asociarse con la infancia, el TDAH es un trastorno que dura toda la vida y que afecta a personas de todas las edades.  

Comprender sus complejidades es esencial para promover la conciencia, la empatía y las estrategias de manejo efectivas.

¿Qué es el TDAH?

El TDAH se caracteriza por patrones persistentes de falta de atención, hiperactividad e impulsividad que alteran la vida diaria. La afección generalmente se clasifica en tres subtipos:

Presentación inatenta: dificultad para concentrarse, completar tareas y mantener la organización.

Presentación hiperactiva-impulsiva: movimiento excesivo, inquietud y conductas impulsivas.

Presentación combinada: una combinación de síntomas de falta de atención e hiperactividad-impulsividad.

Cada subtipo presenta desafíos únicos y los síntomas a menudo varían ampliamente entre las personas.

Causas y síntomas

Las causas exactas del TDAH no se comprenden por completo, pero las investigaciones apuntan a una combinación de factores genéticos, neurológicos y ambientales. Los factores que contribuyen incluyen:

Genética: el TDAH con frecuencia se transmite en familias, lo que indica una fuerte influencia hereditaria.

Factores neurológicos: diferencias en las regiones cerebrales responsables de la atención, el control de los impulsos y la función ejecutiva.

Influencias ambientales: exposición prenatal a toxinas, bajo peso al nacer y adversidades en la primera infancia.

Los síntomas típicos se agrupan en dos categorías:

Falta de atención: dificultad para mantener la concentración, olvidos y dificultad para organizar tareas.

Hiperactividad-Impulsividad: inquietud, hablar en exceso y tomar decisiones apresuradas sin considerar las consecuencias.

Estos síntomas a menudo interfieren con el éxito académico, profesional y social si no se abordan.

Diagnóstico

El diagnóstico del TDAH implica una evaluación exhaustiva por parte de un profesional capacitado, como un psicólogo, un psiquiatra o un pediatra. El proceso de diagnóstico generalmente incluye:

Entrevistas: recopilación de antecedentes detallados del individuo y, cuando corresponda, de los cuidadores o maestros.

Evaluaciones de conducta: uso de cuestionarios estandarizados y escalas de calificación para identificar patrones de síntomas.

Análisis contextual: asegurarse de que los síntomas estén presentes en múltiples entornos, como el hogar, la escuela o el trabajo.

Un diagnóstico preciso es fundamental para una intervención eficaz.

Manejo del TDAH

Si bien el TDAH presenta desafíos, existen muchas estrategias y tratamientos que pueden ayudar a las personas a manejar sus síntomas de manera eficaz:

Medicación: los medicamentos estimulantes y no estimulantes pueden mejorar la concentración, la atención y el control de los impulsos.

Terapia: la terapia conductual, la terapia cognitivo-conductual (TCC) y el asesoramiento brindan a las personas habilidades prácticas de afrontamiento.

Ajustes en el estilo de vida:

Crear rutinas estructuradas para reducir las distracciones.

Usar herramientas organizativas como planificadores, alarmas y recordatorios.

Realizar actividad física con regularidad y mantener una dieta saludable para favorecer la claridad mental y reducir la hiperactividad.

Un diagnóstico preciso es fundamental para una intervención eficaz.

Manejo del TDAH

Si bien el TDAH presenta desafíos, existen muchas estrategias y tratamientos que pueden ayudar a las personas a manejar sus síntomas de manera eficaz:

Medicación: los medicamentos estimulantes y no estimulantes pueden mejorar la concentración, la atención y el control de los impulsos.

Terapia: la terapia conductual, la terapia cognitivo-conductual (TCC) y el asesoramiento brindan a las personas habilidades prácticas de afrontamiento.

Ajustes en el estilo de vida:

Crear rutinas estructuradas para reducir las distracciones.

Usar herramientas organizativas como planificadores, alarmas y recordatorios.

Realizar actividad física con regularidad y mantener una dieta saludable para favorecer la claridad mental y reducir la hiperactividad.

TDAH en adultos

Aunque suele asociarse a la infancia, el TDAH suele persistir hasta la edad adulta. Los síntomas en la edad adulta pueden manifestarse como dificultad para cumplir plazos, mantener relaciones y gestionar responsabilidades. Los planes de tratamiento personalizados para adultos suelen incluir:

Coaching: desarrollo de estrategias para mejorar la productividad y la organización.

Adaptaciones en el lugar de trabajo: ajuste de tareas y horarios para favorecer la concentración y la eficiencia.

Apoyo terapéutico: tratamiento de afecciones coexistentes como la ansiedad o la depresión.

Reducción del estigma

El TDAH suele malinterpretarse, lo que da lugar a estereotipos y estigmas. Los conceptos erróneos más comunes incluyen descartar los síntomas del TDAH como pereza o falta de disciplina. La educación y las conversaciones abiertas son vitales para derribar estas barreras, fomentar la empatía y alentar la aceptación.

Conclusión

El TDAH es una afección multifacética que requiere un enfoque holístico para el diagnóstico, el tratamiento y la gestión. Con el apoyo adecuado, las personas con TDAH pueden llevar una vida plena y exitosa. Al aumentar la conciencia y promover la comprensión, la sociedad puede crear un entorno más inclusivo donde se reconozcan y celebren las fortalezas únicas de cada uno.

Conflicto de padres y adolescentes: consejos para abordar el conflicto de forma saludable. 

¿Cuáles son las causas más comunes de conflicto entre padres e hijos? 

Entre las edades de 10 a 16 años, los conflictos más comunes giran en torno a la creciente independencia de los adolescentes de sus padres y este proceso ocurre al ritmo equivocado, ya sea para el niño o para los padres. Pueden surgir conflictos en torno a los toques de queda, las habilidades de organización, el autocuidado, el tiempo que se pasa con los padres, los horarios, las tareas, dónde se pasa el tiempo o la cantidad de tiempo que se pasa en los dispositivos. El control de los padres y el grado de independencia que un niño podría preferir son problemas comunes. Por ejemplo, cuándo y durante cuánto tiempo quieren ver a sus amigos y no hacer cosas que los padres preferirían que hiciera el niño. Sin embargo, no es inusual que los jóvenes pasen menos tiempo con sus padres y esto puede hacer que los padres se sientan más ansiosos, lo que puede generar conflictos. 

¿Es normal tener conflictos con tus padres? 

Es completamente normal tener conflictos con tus padres, pero el alcance y la frecuencia del conflicto pueden indicar si hay algún problema. Para los padres de adolescentes, puede resultar estresante. Es probable que los padres estén haciendo malabarismos con el trabajo, las preocupaciones monetarias, el cuidado de los niños, los padres ancianos y la administración del hogar/la vida, todo ello con energía limitada. Para el niño, es una época de cambios constantes: desde los requisitos escolares y los exámenes hasta el desarrollo de su cuerpo y su deseo de mayor independencia como individuo fuera de la unidad familiar. Los adolescentes pueden sentirse más cansados por el proceso de crecimiento. Es posible que sientan estrés o confusión y que haya dinámicas incómodas entre amigos, acoso o problemas de imagen corporal. Combinadas, esta es una receta perfecta para malentendidos y enfrentamientos entre padres. 

Los adolescentes quieren diferenciarse emocionalmente de sus padres y hacer lo suyo. Es un momento de la vida en el que el niño puede desarrollarse, separarse de sus padres y tener una visión diferente mientras expresa sus propias opiniones. Esta etapa de desarrollo es importante en términos de desarrollo de la personalidad. Pero como ocurre con todas las habilidades recién adquiridas, los adolescentes pueden equivocarse. Pueden ser irrespetuosos, exigentes o demasiado agresivos. Necesitan desarrollar habilidades en torno a los desacuerdos y demostrar a sus padres que son responsables. En última instancia, la mayoría de los padres quieren que sus hijos puedan pensar de forma independiente y gestionarse a sí mismos y a sus diferencias con los demás. La adolescencia es el lugar perfecto y seguro para practicar tales habilidades. 

¿Cómo pueden los conflictos entre padres e hijos dar forma a las relaciones continuas, tanto positiva como negativamente?  

Puede ser muy angustiante estar en una relación que está en conflicto. Experimentar la angustia, la desconexión y la separación, que pueden resultar estresantes tanto para el niño como para los padres. Los padres están acostumbrados a tener el control, pero a medida que su hijo continúa desarrollándose, pueden sentir una separación de un lugar donde tenían total control. Esto en sí mismo marca una nueva fase y puede resultar estresante para ambas partes porque nadie conoce las nuevas reglas. En este punto, es importante que los padres comprendan que el conflicto es un proceso normal y que elijan bien sus batallas en lugar de centrarse en cada pequeño problema. Es una buena oportunidad para mostrarle a su hijo de una manera apropiada para su edad cómo ser respetuoso, cómo lidiar con las diferencias de opinión y ayudarlo a negociar importantes habilidades para la vida. Este proceso bien realizado no tiene por qué afectar la relación entre padres e hijos a largo plazo. 

No será útil para la relación que el conflicto se intensifique o que los padres se tomen las cosas como algo personal o ataquen personalmente. Quizás sea saludable comprender y aceptar que la mayoría de los adolescentes generalmente no están impresionados con sus padres, pero esto tampoco tiene por qué ser motivo de preocupación. Yo esperaría que, si se gestionara bien, la relación entre el niño y sus padres regresaría a la calidad de la etapa de la preadolescencia. 

¿Cómo se puede afrontar este conflicto de forma saludable? 

Para los padres, trate de no tomar estos conflictos como algo personal. Mantén la calma, recuerda que tú eres el adulto y tú marcas el ritmo. Si usted pierde los estribos, ellos también lo harán. Vea el conflicto como una oportunidad para que su hijo practique la independencia de usted y, como parte de su desarrollo saludable, permítale negociar en un contexto saludable de límites saludables, para que comprenda el desacuerdo respetuoso y cómo practicar no ofender a los demás (sus padres) ni ser excesivamente grosero. Trate de mantener abiertas las líneas de comunicación, siga comunicándose con su adolescente y entablando relaciones con él, incluso si no parece interesado en esto. Intente establecer una conexión a través de las cosas que les gustan, como hacer cosas que tal vez quieran hacer.  Por ejemplo, déjeles elegir la cena o cocinar la cena con usted, déjelos comprar con usted o tomar una hamburguesa o un helado (o equivalente) juntos. No te tomes las cosas como algo personal si no hay absolutamente nada que quieran hacer contigo, simplemente acepta que esta fase terminará y sigue diciéndoles que eres amado. Escucha lo que tienen que decir, mantén la calma pero explícales (sólo una vez, no te repitas) tus decisiones y por qué has tomado esa decisión. Si son groseros, asegúrese de tener las consecuencias acordadas por comportamientos groseros e impleméntelas. Sea fiel a su palabra. 

Intente celebrar una reunión familiar en la que todos puedan hablar sobre las cosas que les resultan molestas y también sobre lo que funciona bien como oportunidad para charlar. Termina la reunión haciendo algo agradable. Por ejemplo, una película familiar, tiempo extra en el dispositivo o una cena. Acordar reglas para la casa. Esto les ayudará a sentirse respetados y parte del hogar. Permítales expresar su opinión incluso si no puede estar de acuerdo con ellos. Si es algo que podría pensar en aceptar cuando sea mayor, dígalo y fije una fecha en la que pueda revisar la situación. Escúchalos y ve si puedes ceder algo de terreno en ciertas cosas. Hará que su adolescente se sienta más respetado. Si las reuniones se llevan a cabo con regularidad, se pueden utilizar para discutir pequeños temas que pueden evitar que las cosas se acumulen. Pero recuerde, trate de mantener una actitud positiva y concéntrese también en las cosas que su hijo adolescente está haciendo bien o de manera responsable. 

¿Cómo puedes comunicar tus opiniones y sentimientos a tus padres y al mismo tiempo ser respetuoso con ellos si no están de acuerdo contigo? 

Lo mejor que puede hacer un joven es pedir hablar con sus padres. Dígales por qué esto es importante para usted, ya sea el tiempo que pasa con amigos o el tiempo en los dispositivos, y dígales lo que cree que es razonable. Si no están de acuerdo, mantenga la calma. Nadie escucha correctamente si se alzan las voces y eso te hará parecer inmaduro. Pregunte si pueden reunirse con usted a mitad o cuarto del camino. Tal vez puedas negociar o pedirles que prueben algo. Esta puede ser una oportunidad para demostrar que puede respetar sus preocupaciones. Si no puedes mantener la calma, escribe lo que quieres decir y dáselo a tus padres para que lo comenten más adelante. Trate de recordar que a sus padres les resulta difícil adaptarse a sus cambios. Están acostumbrados a tener más responsabilidad contigo. Demuéstreles que es responsable; por ejemplo, ¿puede ofrecerse a hacer las tareas del hogar a cambio de privilegios?  Si sientes que tus padres están siendo duros, es probable que lo hagan por muy buenas razones. Pídales que charlen con otros padres que tienen niños de su edad para que puedan ver por sí mismos lo que hacen otros padres. Es posible que necesiten un poco de orientación y apoyo de otros padres para llegar a un punto medio. 

¿Cuáles son algunas de las cosas que puedes hacer si te resulta difícil comunicarte con tus padres en general? 

Si realmente sientes que es difícil comunicarte con tus padres, tal vez te resulte más fácil confiar en un pariente cercano o un amigo de la familia. ¿Podrían hablar en tu nombre con tus padres si les parece demasiado difícil? Intenta escribirlo y leerlo en voz alta para ayudarte a practicar hablar por ti mismo. Leer en voz alta puede ayudarle a escuchar sus propios puntos de vista y también puede ayudarle a acostumbrarse a escuchar el sonido de su propia voz. Si necesita más ayuda, debería poder obtener ayuda de los concejales escolares, quienes estarán encantados de ayudarle y, por lo general, puede comunicarse con ellos directamente. Los consejeros escolares pueden ayudarlo, apoyarlo y asesorarlo para que se acerque a sus padres de la manera correcta y lo ayude con la comunicación. 

Alcohol: ¿Tengo un problema con el alcohol?

Reconocer el alcoholismo puede ser un desafío, ya que a menudo implica un conjunto complejo de conductas y síntomas. A continuación, se presentan algunas señales de que una persona puede estar luchando contra el alcoholismo: Beber a pesar de las consecuencias negativas: una persona alcohólica puede seguir bebiendo incluso cuando…

Beber a pesar de las consecuencias negativas: una persona con alcoholismo puede seguir bebiendo incluso cuando esto le cause problemas en su vida personal o profesional, como problemas de salud, problemas de relación o dificultades financieras.

Tolerancia: con el tiempo, una persona con alcoholismo puede necesitar beber más para lograr los mismos efectos, lo que indica una tolerancia física al alcohol.
Síndrome de abstinencia: una persona con alcoholismo puede experimentar síntomas físicos o emocionales cuando intenta dejar de beber, como temblores, sudoración, náuseas o irritabilidad.

Pérdida de control: una persona con alcoholismo puede tener dificultades para controlar su consumo de alcohol o establecer límites en su consumo.
Preocupación por el alcohol: una persona con alcoholismo puede pasar una cantidad significativa de tiempo pensando en beber, obtener alcohol o recuperarse de los efectos del alcohol.

Descuido de responsabilidades: una persona con alcoholismo puede descuidar responsabilidades importantes, como el trabajo, la escuela o las obligaciones familiares, a favor de beber.

Preocupación por el alcohol: una persona alcohólica puede pasar una cantidad significativa de tiempo pensando en beber, obtener alcohol o recuperarse de los efectos del alcohol.

Descuido de responsabilidades: una persona alcohólica puede descuidar responsabilidades importantes, como el trabajo, la escuela o las obligaciones familiares, a favor de beber.

Aislamiento social: una persona alcohólica puede retirarse de las actividades sociales o pasatiempos que antes disfrutaba a favor de beber.
¿Siempre parece tener un drama en su vida? Las personas con problemas de alcohol a menudo pasan de un drama personal a otro; todos estos eventos pueden ser causados por el alcohol, o el alcohol se usa para ayudarlos a enfrentar los eventos o para buscar consuelo en otras personas que beben.

¿Encuentra botellas vacías escondidas en la casa o el jardín? Esto es una señal de que la persona se avergüenza y oculta su consumo de alcohol.

Si le preocupa que usted o alguien que conoce pueda estar luchando contra el alcoholismo, es importante buscar ayuda profesional. El consumo de alcohol, como cualquier adicción, es poco probable que desaparezca sin apoyo. Es mejor abordar el hábito o la forma en que manejan las emociones. Un profesional o un especialista en adicciones puede brindar un diagnóstico preciso y recomendar opciones de tratamiento adecuadas, como terapia, medicación o grupos de apoyo.

Comentarios cerrados.